La realidad existe solo con una cierta probabilidad: ¿Es la realidad realmente real?

¿Qué es la realidad? Los pensamientos como origen del mundo

La noción clásica de que la realidad existe independientemente de nosotros se cuestiona aquí. En su lugar, se argumenta que el consciencia y los pensamientos forman la base de la realidad. El mundo no es una estructura estática de espacio y tiempo, sino un campo dinámico que toma forma solo a través de nuestro pensamiento y percepción.

Esta idea también aparece en antiguas tradiciones de sabiduría como el Zen-Budismo, que señalan la ilusión de los objetos fijos. Así, la realidad no se interpreta como algo objetivamente existente, sino como un proceso de la consciencia.

Perspectivas y narrativas: Muchas verdades en lugar de una realidad

Un punto central es que no existe «la única realidad.» En su lugar, existen muchas verdades que surgen de diferentes perspectivas y narrativas. Cada punto de vista tiene su propia lógica y validez, moldeada por influencias culturales, sociales o personales.

Las narrativas no son neutrales; moldean cómo entendemos el mundo. La historia, tal como la conocemos, es escrita por los vencedores y siempre es un producto de la perspectiva y la interpretación. Esto resalta la naturaleza subjetiva y multifacética de nuestra comprensión de la realidad.

Los 7 principios para una perspectiva alternativa

1. La consciencia como origen: El mundo solo existe a través y dentro de la consciencia.
2. Relatividad de la realidad: No hay una realidad absoluta, solo múltiples verdades individuales.
3. Los pensamientos crean la realidad: Lo que pensamos moldea nuestro mundo.
4. Narrativas y perspectivas: Nuestras historias influyen en cómo percibimos la realidad.
5. Objetividad como ilusión: Buscar objetos absolutos es un concepto materialista que ignora la complejidad de la consciencia.
6. Probabilidad como estructura: Los eventos surgen de probabilidades, no de determinismos fijos.
7. Dinámica en lugar de estática: La realidad es un proceso, no un estado.

Estos principios invitan a ver el mundo no como un sistema fijo, sino como una estructura flexible y dependiente de la consciencia.

Probabilidad, determinismo y el papel del azar

Lo que parece azar a menudo es el resultado de conexiones causales que no reconocemos directamente. Un ejemplo de lanzamiento de dados ilustra esto: mientras el número en la superficie parece aleatorio, su estado está determinado por procesos físicos y mecánicos.

Este modelo se puede aplicar a la realidad. Los eventos y verdades surgen de la interacción de probabilidades y perspectivas, mostrando que incluso lo que parece aleatorio tiene un orden más profundo. El mundo, por lo tanto, no se vuelve menos fascinante, sino más complejo.

 
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