La Voluntad en la Naturaleza: ¿Existe la Voluntad Humana?

La Voluntad en la Naturaleza: ¿Existe siquiera la Voluntad Humana?

La voluntad humana es un tema muy debatido en la filosofía y la espiritualidad. Una pregunta central es: ¿Existe una voluntad humana libre, o es lo que percibimos como capacidad de decisión determinado por fuerzas externas e influencias colectivas? En este artículo se exploran la conexión entre el ser humano y la naturaleza y los conceptos de voluntad colectiva y gravedad mental.

El papel de la naturaleza y la voluntad colectiva

En muchos aspectos de la experiencia humana, se demuestra que las decisiones no siempre resultan de una voluntad libre, sino que a menudo están fuertemente influenciadas por factores externos. Las tendencias sociales como la moda o las ideologías pueden dirigir inconscientemente a las personas, creando la impresión de que se han tomado ciertas decisiones de forma independiente. Sin embargo, muchas de estas decisiones son en realidad una expresión de un acuerdo colectivo.

El concepto de gravedad mental sostiene que los pensamientos y creencias de un individuo a menudo no son aislados, sino que están formados por el pensamiento colectivo. Ejemplos de esto son las corrientes sociales como las modas o los fenómenos culturales. Las personas tienden a orientarse hacia lo que es aceptado y difundido en su entorno. La voluntad de hacer o adquirir ciertas cosas podría entonces ser el resultado de una influencia colectiva invisible.

Paralelismos entre la naturaleza y la voluntad humana

Una analogía interesante se encuentra en la naturaleza, por ejemplo, en el comportamiento de las abejas. La abeja poliniza flores, pero surge la pregunta de si esto es una expresión de su libre albedrío o un comportamiento programado que sirve para la supervivencia de toda la colmena de abejas. Este ejemplo muestra que incluso en la naturaleza, las decisiones a menudo se basan en estructuras colectivas y no en la fuerza de voluntad individual.

Al igual que la abeja, los seres humanos a menudo actúan dentro de estructuras sociales y económicas que influyen en sus decisiones. Las decisiones sobre trayectorias profesionales, decisiones de consumo y otros aspectos de la vida a menudo están moldeadas por las condiciones sociales, económicas o culturales en las que las personas se encuentran. La voluntad del individuo parece libre, pero a menudo está estrechamente ligada a las estructuras que lo rodean.

La voluntad humana y la gravedad del espíritu

El psicólogo canadiense Jordan B. Peterson ha demostrado en sus investigaciones sobre langostas que dentro de un grupo de langostas rápidamente se forma una jerarquía. Peterson trasladó estos hallazgos al ser humano, que muestra patrones de comportamiento similares. Cuando las personas se reúnen en grupos, también surge la pregunta de quién asumirá el liderazgo. Esto nuevamente demuestra que la voluntad a menudo no es tan libre como parece. Las personas tienden a seguir a figuras de autoridad y jerarquías sociales.

En situaciones extremas, como en el ejército, se evidencia cómo la voluntad individual se subordina a la voluntad colectiva de la autoridad de mando. Un soldado a menudo actúa según la voluntad de su superior, quien a su vez sigue la voluntad de una autoridad superior. Esto plantea la cuestión de quién está realmente ejerciendo su voluntad. La voluntad individual a menudo está moldeada e influenciada por circunstancias y jerarquías externas.

Estas reflexiones llevan a la conclusión de que la voluntad del individuo a menudo no proviene de una fuente interna independiente, sino que está moldeada por influencias externas. La voluntad humana es a menudo el resultado de información e influencias externas, y no necesariamente el producto de una reflexión autónoma.

Reflexionar sobre la propia voluntad y sus limitaciones permite alcanzar una comprensión más profunda de las propias acciones y decisiones. Este entendimiento también ayuda a comprender mejor conceptos como el destino y el rol del ser humano en el mundo. Un ejemplo de esto es la obra Macbeth de William Shakespeare, en la que las acciones de Macbeth están determinadas por las profecías de las brujas. Aunque Macbeth cree que está actuando libremente, finalmente sigue los eventos predichos.

Reflexionar sobre la propia voluntad abre la posibilidad de vivir la vida de manera más consciente y adquirir percepciones espirituales más profundas.

 
 
 
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¿Cómo funciona una ideología?

¿Qué es una ideología y cómo influye en nuestro pensamiento?

Una ideología es, en esencia, un edificio de ideas, una estructura de conceptos que se relacionan entre sí y dan un significado específico. Según mi experiencia en el socialismo de la RDA, he aprendido lo que realmente significa una ideología. A menudo, lo que pensamos a diario se percibe como sentido común, pero ¿y si eso no es más que una ideología que no reconocemos?

La naturaleza de la ideología: todo está interconectado

Para explicar cómo funciona una ideología, suelo utilizar el ejemplo de una taza de café. Una taza de café no podría existir sin los conceptos de porcelana, asa o bebida. Está interconectada con otros términos, al igual que las ideas son interdependientes. Una ideología funciona de manera similar: los pensamientos que albergamos están conectados en una red, y esta red moldea cómo percibimos el mundo.
A menudo solo entendemos el término ideología cuando observamos el sistema desde una perspectiva externa. Las ideologías nos parecen naturales cuando las experimentamos a diario, pero las ideologías ajenas requieren esfuerzo para comprenderlas. Esto hace que sea difícil darnos cuenta de que estamos viviendo dentro de una ideología.

La ideología socialista y su implementación en la RDA

En la RDA, la ideología dominante era el marxismo-leninismo, basada en las ideas de Karl Marx. Marx explicó en su obra «El Capital» que los trabajadores acudirían al capitalista por un salario insignificante y crearían la verdadera riqueza, pero recibirían muy poco de ella. La ideología marxista predecía que, eventualmente, los trabajadores tomarían los medios de producción para abordar las injusticias inherentes.
En la RDA, las fábricas se transformaron en empresas estatales (VEBs) y la agricultura se organizó en cooperativas de producción agrícola (LPGs). Sin embargo, aunque las fábricas estaban bajo control socialista, los trabajadores no tenían verdadera propiedad. El poder recaía en los funcionarios, no en el proletariado.

La visión socialista pretendía comunalizar todo. Pero en realidad, la propiedad no pertenecía realmente a nadie. Aquellos que estaban a cargo eran los funcionarios, no los trabajadores. La ideología era omnipresente en la RDA; todos sabían qué debían decir para adaptarse, lo que generaba una fuerte uniformidad en la sociedad.

Ciencia e ideología: una lección de la historia

Curiosamente, la filosofía marxista fue etiquetada como «científica», lo que significaba que no se podía cuestionar. Esto nos recuerda la disputa entre Galileo Galilei y los representantes de la Iglesia. Galilei argumentaba que la Tierra giraba alrededor del sol, pero la Iglesia se negó a mirar por su telescopio, insistiendo en que todo ya estaba aclarado en la Biblia. De manera similar, en la RDA, las ideas de Marx se consideraban infalibles.
Las ideologías suelen funcionar de manera similar. Actúan como una forma de adoctrinamiento, implantando ideas en la mente de las personas. Todos creían en el socialismo, ya que no había otra opción. Periodistas, maestros y profesores alababan el socialismo como la única solución viable. Pero cuando el sistema colapsó, muchos se dieron cuenta de que habían estado diciendo solo lo que era necesario para sobrevivir.

Al final, la ideología fracasó porque simplemente no funcionaba. Los habitantes de la RDA estaban insatisfechos, especialmente en comparación con sus vecinos alemanes occidentales.

 
 
   Artículo en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Marxismo
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