Eres infinito – … y te creas constantemente

El principio del pensamiento objetual

En el centro de este concepto está la idea de que todas las cosas pueden percibirse como un todo. Sin embargo, este «todo» no es fijo, sino que lleva consigo el potencial de ser dividido o multiplicado hasta el infinito. Esto aplica tanto a las cosas materiales como a las inmateriales, a los objetos inanimados como a los seres vivos. Incluso el universo, que lo contiene todo, está sujeto a este principio. Puede existir como una unidad y, al mismo tiempo, concebirse como un universo paralelo, duplicándose efectivamente. Este pensamiento objetual está profundamente arraigado en nuestra conciencia y forma una base para nuestra comprensión del mundo.

La importancia de esta perspectiva se hace evidente a través de un experimento mental: ¿Qué pasaría si el universo contuviera solo una única cosa? Sin un segundo objeto, no habría observador, espacio o relación. La existencia misma sería imposible.

Los 7 principios del pensamiento objetual

El principio del pensamiento objetual puede resumirse en siete principios clave:

1. Unidad y totalidad: Todas las cosas son, en esencia, un todo.
2. Infinidad de divisibilidad: Cada objeto puede dividirse en un número infinito de partes.
3. Infinidad de multiplicación: Todo puede copiarse o multiplicarse infinitamente.
4. El espíritu como principio: La divisibilidad y multiplicación de las cosas demuestra que los principios espirituales están por encima de los materiales.
5. Los opuestos crean unidad: Opuestos como el Yin y el Yang son esenciales para comprender el mundo.
6. Infinidad del universo: El universo mismo sigue este principio.
7. La conciencia como creadora: Nuestra percepción y pensamientos moldean la realidad al asignarle significados.

Estos principios conectan conceptos materiales y espirituales en una filosofía integral que explica el universo y todo lo que contiene.

El universo y la idea de divisibilidad

Los filósofos griegos antiguos concebían el mundo en términos de materia y se preguntaban por un núcleo indivisible: el átomo. Pero esta idea fue refutada por la ciencia. Se ha demostrado que el átomo es divisible, al igual que el universo es infinito. Este principio ilustra que la noción de la partícula más pequeña está estrechamente relacionada con el materialismo. Sin un núcleo fijo, la existencia material se acercaría a cero, lo que pondría en duda la existencia del todo.

La infinidad de divisibilidad también sirve como evidencia de que los principios espirituales son la base de nuestra existencia. La materia, por lo tanto, no es una realidad cerrada, sino un concepto creado por la conciencia.

Conciencia y cambio

La conciencia juega un papel central en la percepción de los objetos y su significado. Observa cómo cambia tu imagen de ti mismo o de otros a través del enfoque. Las cosas que reciben atención crecen en importancia y se vuelven más significativas. Este principio también se puede observar en las relaciones con otras personas: las personas amadas, las celebridades o las autoridades ganan tamaño a través de nuestros pensamientos e imaginaciones.

Al mismo tiempo, es importante evitar los hábitos de reflexión excesiva. Estos crean estructuras fijas que dificultan el cambio. La capacidad de no estar fijado deja espacio para nuevas perspectivas. El análisis positivo fomenta la creatividad y la transformación, mientras que el análisis negativo a menudo conduce a la estagnación.

 
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